Al iniciar un nuevo día, mi dama se levanta, como es costumbre primero que yo va al baño, segundos después me llama, aún estoy en cama, ven un momento, ¿qué pasa?, ven, ven, insiste mi dama, y como no es rutina que me llame desde el baño así lo hago, ¡oh preocupación!, una mariposa yace en el suelo, pregunto cual es el problema, ¡bueno en mi campo dicen que eso es alguien!, y como no sé quién es te llamé para ver que hago, porque también puede ser un demonio.
Mi dama, una pueblerina que aun llena de muchos estudios arrastra sus costumbres y tradiciones, maneja con mucha cautela, la sencilla y frágil invertebrado, colocándola con vista hacia el horizonte, la cual no levanta vuelo: es que está enferma.
Yo un citadino, inquieto no por el “demonio “sino porque me ha trastornado mi mañana, mi rutina, ante una inofensiva mariposa que cuando era niño las cazaba para la colección y competir con mis amiguitos al mayor número.
Mi solución: déjala ahí cuando se recupere partirá
Las mariposas
Las mariposas adultas tienen antenas, ojos, tres pares de patas y un duro exoesqueleto. Su cuerpo se divide en tres partes: cabeza, tórax y abdomen. Todo su cuerpo está cubierto por pequeños pelos sensoriales y sus alas membranosas, de escamas.
En la actualidad, se han descrito, 24.000 especies de mariposas distintas, aunque es muy probable que existan muchas más. (FUENTE GOOGLE)
A lo largo de la historia, las mariposas han sido símbolos no sólo de transformación y pureza, sino también de muerte y pecado. Hoy en día, los científicos las estudian para ver qué nos pueden decir de nuestro planeta cambiante, así refiere Mary Colwell, BBC.
Por Darío Mañón
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